Lazos negros afuera del estadio y un minuto de silencio al inicio del show no borraron la ilusión de miles que asistieron a cantar con el español, quien dedicó su concierto a los afectados por las lluvias en nuestro país
Anoche, el cantante español
Alejandro Sanz demostró una vez más que es grande en el escenario, pero dejó bien claro que su corazón es igual de mayúsculo que su arte.
Pese a las críticas que enfrentó a raíz de que el espectáculo se realizó mientras el país se encuentra en duelo por las víctimas mortales de las lluvias de los últimos días, Sanz salió al escenario a las 8:50 p. m.
Ya lo había dicho desde el viernes, en conferencia de prensa, que había que volver a la normalidad después de la tragedia, sin dejar de pensar en los damnificados.
A su llamado respondieron unas 18.000 personas, faltó poco para que se llenara el recinto, aunque al principio de la noche el estadio se veía a la mitad de su capacidad.
Anunció que al final del concierto habría una sorpresa relacionada con la tragedia, pero no quiso adelantar mayores detalles.
Al salir Sanz, la gente del vip se paró en sus sillas y, pese a los gritos de los que estaban atrás, la organización no pudo lograr que la gente se sentara para que la mayoría del público observara mejor el show.
El primer tema fue
Mi Peter Punk, que también abre su más reciente álbum, Paraíso Express.
Con una enorme pantalla como fondo, en la cual se vieron primero unas enormes gotas y luego fuegos artificiales, el músico comenzó su conexión con la gente.
Vestido de negro y acompañado por su guitarra, el intérprete se mostró comunicativo y bromista durante la fría velada.
Con su carisma, Sanz calentó a los asistentes.
“Costa Rica, ¿cómo están?, que alegría verlos aquí, me trae muy buenos recuerdos”, saludó el músico a los presentes.
“Es justo y necesario recordar a los hermanos que los están pasando mal y me gustaría que les dieran un aplauso y dedicarles este concierto”, dijo Sanz, lo que desató el aplauso entre los presentes.
“Esta va a ser una gran noche y es su noche, va para los ticos”, agregó antes de pasar al tercer tema.
Desde cuando empezó a sonar y fue recibida con gritos y coros.
Pera rememorando su primer disco, el español cantó
Viviendo deprisa. Saludó a todos los sectores del estadio y luego agregó:
“No sé qué va a pasar esta noche, solo sé que cuando salgamos una cosa va a pasar, que nuestro amor será leyenda” . Sanz empezó a cantar el tema que lleva por nombre esa última frase, mientras la gente lo acompañaba con sus palmas.
“Tiritas, para este corazón partío”, comenzó a cantar la corista y todo el público se deshizo en gritos y empezó a entonar, palabra por palabra, uno de los mayores éxitos de la carrera de casi 20 años de Sanz, la pegajosa
Corazón partío.
Una historia similar ocurrió con el resto de su repertorio con piezas como
Cuando nadie me ve y
Yo hice llorar hasta los ángeles, entre otras.
El juego de luces, tal como lo había adelantado el propio cantante, causó una buena impresión entre sus seguidores, no solo por su colorido sino por contar con varios niveles, lo cual le daba una sensación tridimensional.
“Estoy alucinando, porque es un pedazo de noche, quién lo hubiera dicho ayer (viernes)”, comentó el vocalista antes de dedicar el tema
Lola Soledad a todas las mujeres valientes del mundo.
Luego hizo una prueba con el público y los puso a cantar el tema
Quisiera ser. Según dijo, en 11 meses de gira, en ningún país han superado el reto.
La gente empezó a cantar y entre broma y serio, los reprobó y luego los invitó a hacer una segunda prueba, donde la gente le respondió a todo pulmón.
"Ustedes son especiales, que no se les olvide eso", le gritó al público que celebró el halago con más gritos aún.
El cierre vino con
Looking for Paradise, la cual cantó acompañado por su corista Sara Devine, quien cantó las partes que Alicia Keys interpreta en la versión original.
Tras despedirse, de inmediato empezó el público a gritar: "otra, otra" y a los minutos volvió Sanz, sentado al piano para hacer un popurrí de algunos de sus temas más conocidos.
Empezó con
Yo se que la gente piensa y luego saltó a
¿Lo ves? y
Tú no tienes la culpa. Luego abandonó el piano y volvió al centro del escenario para cantar
Tu letra podré acariciar, no sin antes decir:
"Costa Rica eres bella".
Se despidió una vez más, pero ese no sería el final. Antes anunció que este domingo tiene planeado visitar la zona del desastre ocasionado por las lluvias y ver qué necesidades tienen los damnificados, y recibió el apoyo con los aplausos de sus seguidores.
"Los invitamos a ayudar a sus hermanos. Fuerza, Costa Rica", añadió.
"Muchas gracias por esta noche, muchas gracias Costa Rica", dijo antes de despedirse una vez más.
Ante los gritos de la multitud regresó una vez más para interpretar fragmentos de
A la primera persona, Mi soledad y yo, Amiga mía y cerrar definitivamente con
Y si fuera ella.
Tras tirar varios besos con sus manos, reunió a sus músicos en el centro del escenario y formaron un círculo para gritar "Costa Rica".
Dijo adiós con sus manos y desapareció a las 10:50 p. m. en medio de aplausos.
Fuente: http://www.nacion.com/2010-11-07/Entretenimiento/NotasDestacadas/Entretenimiento2581601.aspx
